miércoles, 7 de diciembre de 2016

Perdona

Hace ya casi cinco meses que no publico nada por aquí. Ni en ningún sitio. Me refiero a nada importante, por supuesto. Si contamos con esos tontos tweets, esas conversaciones de Whatsapp repetitivas y sin sentido o esos proyectos de escribir algún relato inacabado, entonces llevo mucho menos.
¿Por qué vuelvo a escribir? No lo tengo nada claro. Quizá me sienta triste y busque algún lugar para reflejar sin tapujos mis sentimientos, quizás el libro que estoy leyendo: Tokyo blues, me inspire a escribir unas líneas. Ya os hablaré más adelante de él si considero que tiene peso en mi vida. Quizá escriba ahora porque quiero ser más fuerte. Esto ya lo había dicho y sin embargo quedó como los chapuceros relatos que jamás acabé. De ahí el título de este artículo: perdona. No va dirigido a ti, mi fiel lector. No, aunque si realmente querías haber escuchado algo sobre mí estos meses lo siento. Ponme un comentario si así lo deseas y nos sumergiremos en mi apasionante vida. Pero esa disculpa inicial iba dirigida exclusivamente a mi persona, por no haber sabido aprovechar el tiempo todos estos meses, por haberme sumido en la depresión, en la fría soledad, por haberme abandonado en muchos aspectos de mi vida, por haberme salido de esa senda empinada que es el ser cada día más fuerte.

No estaba seguro de querer retomar estos relatos, al menos en este mismo blog. Sentía que algo había cambiado y que quizás lo mejor fuera empezar uno nuevo o borrar absolutamente todo lo que he escrito anteriormente en este. Pero no lo voy a hacer, pues siento que esos antiguos escritos son una parte de mí. O quizá es que sea demasiado cabezón como para borrarlos, no lo tengo claro. A decir verdad, creo recordar que la razón que me llevó a empezar este blog es exactamente la misma que la que me conduce a retomarlo: volverme más fuerte. Así es, quiero plasmar en una hoja aquellas cosas maravillosas que he hecho a lo largo del día con el objetivo de inspirar a que tome muchas más aventuras y recordarme a mí mismo que cada día soy un poco más fuerte y sabio. No obstante, a decir verdad en alguno artículo pasados intenté conseguir lectores y es posible que me esforzará más en complacerlos que en reflejar realmente lo que se me pasaba por la cabeza en ese preciso instante. Un error tremendo. Y bastante ridículo si piensas que con toda probabilidad yo no tenga ni un solo lector permanente, únicamente aquellos que encuentran por casualidad esta página y se marchan tan rápido como vinieron. Ahora me da un poco más igual.

Mis artículos son bastante variados y se adaptan perfectamente a mi estilo de vida y humor en el momento de sentarme frente al ordenador: verás escritos humorísticos, de protesta, de amor, de odio de soledad, o completamente depravados. Además en las últimas publicaciones intenté acompañar el texto siempre con una imagen para aportar un elemento más visual, pero ahora parece que ya no me importa tanto.

Bien, creo que esto ha sido todo por hoy. Mañana escribiré un poco más. Ahora mismo tengo muchísimas cosas que quiero compartir con ustedes, sin embargo es hora de dormir. Realmente espero que esto no muera, es decir, que mantenga por siempre este esfuerzo que supone abrir mis sentimientos para examinarlos detenidamente, detectar errores, abrirme a nuevas aventuras e ir consolidando mis ideales por el camino.

Atentamente,
Un alma perdida en busca de fuerza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario