sábado, 23 de abril de 2016

Niño bueno, niño malo

Tío como me revienta todo el asunto de ligar, de verdad. Y eso que yo ligo muy poco, demasiado poco para todo lo que salgo de fiesta y tal. Tengo miedo al rechazo, miedo a hablar con chicas, cosa tan natural.
Quiero cambiar, necesito cambiar, debo cambiar. Es totalmente ilógico, teniendo en cuenta los pros y contras de lo que podría pasar, el no querer intentar algo con una chica. ¿Qué va a ser lo peor que puede pasar? Un no y a otra cosa mariposa.
Quiero hacerme malo. Es un poco raro pero es lo que quiero. Muchas veces las personas somos tan gilipollas que no sabemos que queremos algo hasta que no nos lo ponen en la maldita punta de la nariz, jugamos al juego de quiero lo que no tengo. Por eso quiero hacerme malo, porque odio las contradicciones del amor, si es que existe. Querer a una chica y ligar con otra para provocarle celos, decir que no te importan las apariencias y gastarte una pasta en un rolex o maquillarte hasta entre los dedos de los pies, pasar un mal rato en una relación y aun así seguir en ella...
Me reviente joder, vaya mierda de amor o lo que quiera que sea eso. Quiero hacerme malo y llegar un día en el que sea yo quien controle todos esos delicados hilos, que lo encuentre simplemente divertido, como un baile bien ejecutado.

Esta noche salgo. Pues bien, quiero entrar a más tías de las que he entrado en mi puta vida (tampoco es un reto muy complicado). Quiero besar a alguna sin compromisos, jugar con varias a la vez, bailar sin que me importen lo que piensen de mí, beber hasta que me dé la puta gana. Quizás haya gente que se ofendan, pero lo siento ya estoy yo hasta los cojones de ofenderme por gilipolleces. Estoy hasta los huevos de lo fácil que le resulta ligar a algunos, de esas gente que se morrea con todo el mundo, de que me guste una chica y ya haya gente yendo a por ella. No, esta vez quiero ser yo quien haga eso y más. Mi aspecto físico es bastante bueno, me considero una persona inteligente también, me falta valor. Soy un maldito cobarde, aunque no estoy seguro que me impulsa a no actuar. Da igual no lo necesito saber, me falta con superarlo, con empezar a arriesgarme. Un nuevo camino se me abre ante mí, y aunque no tengo ni idea de adonde me va a llevar, quiero seguirlo.

No seré tan débil para envidiar a aquellos con parejas, para compadecerme de mí mismo por esta soledad, tan débil de quedarme en un oscuro rincón del pub esperando que me llegue la maldita inspiración divina, o esperando a esa mujer super ideal que me va a sacar de este estado. No, cambiaré y lo haré yo mismo. Definitivamente.

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